Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
3 comentarios:
Quizá no tanto
Me acabas de convecer !.Sòlo faltaba un empujoncito . Alguna vez tiene que ser la primera .
Yo también tengo miedo a lo desconocido, y a veces eso no es nada bueno
Un abrazo!!
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