TRIANGULO

- Exige el tacto rozadura y beso
- del sexo opuesto en exclusivo lazo;
- pero a veces reclama el contrapeso
- de una tercera parte en el abrazo.
-
- Oh, la belleza triangular del nexo
- que une al hombre, a la amante y a la extraña,
- a aquélla por amor, a ésta por sexo,
- en simultaneidad que a nadie engaña.
-
- Y el encanto sensual de cada dama,
- concediéndose mutua transferencia
- de voluptuosidad, sobre una cama
- que tres comparten sin interferencia.
-
- ¿Quién más experto en las furtivas artes
- de la satisfacción en el placer,
- que la mujer que ve sus propias partes
- al explorar la piel de otra mujer?
-
- ¿Y qué mejor educación o escuela
- para el hombre inexperto, (¿no son todos?),
- que observar cuanto en ellas se revela
- de exquisitez, fogosidad y modos?
-
- No serán dos, aunque pudieran serlo,
- activos, sin pudor, participantes;
- puede el tercero detenerse a verlo,
- o simplemente unirse tres amantes.
-
- En rotación continua, entretejidos,
- en directo, en anverso y en reverso,
- sin tabúes cohibiendo los sentidos,
- uniendo lo inocente a lo perverso.
-
- Yo acuñaré mis besos sobre besos
- que ella ha dejado en ti, con los sabores
- que ella misma dejó en mi boca impresos,
- mas sólo captarás tú mis temblores.
-
- Y tus besos caerán sobre la senda
- que ella misma imprimió al acariciarme;
- y llevarán su aroma, mas tu ofrenda
- será mejor, porque has sabido amarme.
-
- ¿Y los celos? ¿Podrás desenredarte
- de sus marañas? Al llegar la hora
- en que la unión más pura se comparte,
- ¿serás quien goza al contemplar, o llora?
-
- Te deseo dulce, sensual, tierna, lasciva,
- y te desearè con huella de mujer;
- mas con la misma huella en mi piel viva
- Vino, besó y se fue, sin dejar huella
- ni en mi piel ni en la tuya su retozo;
- fue una sonrisa más, un nuevo gozo,
- una caricia sin más nombre que ‘ella’.
-
- Sobre ambos fue superficial contacto,
- y efímeros sobre ella los dos fuimos;
- ella fue préstamo, tú y yo nos dimos...
- ¿qué nos impide reiterar el acto?